En las actualidades, nos conectamos a internet por lo general usando tres tipos de tecnologías diferentes: la red, DSL y fibra óptica móvil. Pero lo cierto es que estas no son nuestras únicas opciones a la hora de conectarnos a la red. Por ejemplo, tenemos la posibilidad de conectarnos a internet por satélite, una opción que sirve también para televisión o para llamadas telefónicas. Lo cierto es que no suele ser una opción muy común y se da muy poco por lo general, por esto no quiere decir que acceder a ella sea más difícil.
Pero hagamos un repaso a los tipos de conexiones que encontramos y veamos qué es lo mejor y peor de cada una.
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Las conexiones DSL
Estas son, sin lugar a dudas, las más comunes a día de hoy; aunque no sean el método más eficiente. Estas son las conexiones que pasan a través de la línea del teléfono, por lo que para conectarnos a internet necesitamos una toma de teléfono en casa. Se pone un filtro en las tomas para que pueda separar lo que son comunicaciones telefónicas de datos digitales de internet, ya que operan en la misma frecuencia.
Esto es lo que conocemos como conexión ADSL hoy en día, y nos permite llegar hasta 20 megas de forma constante, aunque en versiones más actuales alcanza hasta 70 megas.
Las conexiones por fibra óptica
La fibra óptica ha ido ganando mucho terreno en los últimos años, y desde luego ha probado ser la más eficiente de todas. En este caso, nos llega también por cables como en el caso de DSL; pero aquí los cables son de vidrio o plástico fino, y son transparentes. Lo importante es que la señal viaja en forma de luz, por lo que ofrece una gran estabilidad y, a día de hoy, conexiones más rápidos. Una conexión por fibra óptica puede superar los 100 megas.
Las conexiones de telefonía móvil
Hablamos de las redes 3G y 4G que podemos utilizar, generalmente, en los teléfonos móviles con tarjeta SIM. En este caso, la señal no va por cables sino que viene del aire y se retransmite por ondas de radio que vienen de antenas colocadas en torres de alta tención. La 4G es mejor, evidentemente, y se dice que más eficiente que la misma tecnología DSL. Una ventaja es que podemos usar nuestro smartphone con 4G como módem, de modo que nos permite conectar otros dispositivos al mismo y aprovecharse de la señal.
La conexión por satélite
Esta es la que más nos interesa hoy, aunque es la que pasa más desapercibida de todas. Como podemos deducir por su nombre, esta conexión nos llega a través de satélites, por lo que necesitamos una antena parabólica para conectarnos. Por lo general, no superan por 20 megas de velocidad, pero suelen mantenerse más en ese rango que, por ejemplo, las ADSL. Más allá de la antena, el resto del proceso es similar a las conexiones ADSL, ya que el receptor está conectado a un módem, que a su vez nos permite conectar dispositivos por WiFi o cable.
La calidad de las conexiones por satélite suelen ser buenas, aunque en el caso de descargas funciona algo más lento que la fibra o que el VDSL2 (el ADSL mejorado). Otra desventaja es que en condiciones de mal clima, suele haber problemas con la conexión por las interferencias. Este puede ser un punto en su contra, pero a su favor tiene que es el mejor método para cubrir grandes espacios. Por lo tanto, hay zonas rurales donde no llega el ADSL ni la fibra, pero sí es posible conectarse a alta velocidad con buena calidad usando las conexiones por satélite a internet.
En España encontramos ya varias opciones con una amplitud de precios; aunque hay que tener en cuenta que, por lo general, los precios suelen ser más elevados al ofrecer por más dinero velocidad que, en otro tipo de conexiones, salen más económicas. Pero, en cualquier caso, sigue siendo una opción muy interesante a tener en cuenta, sobre todo si vives en una zona alejada de centros urbanos.